Es la historia de las manos trabajadoras y dedicadas de los artesanos y artesanas mayas que mantienen con orgullo la rica tradición del tejido en telar de cintura y otras técnicas ancestrales. Sin embargo, detrás de cada obra de arte también hay retos y sacrificios que a menudo pasan desapercibidos, y uno de los más grandes es el impacto de este trabajo en su salud.
Desde edades tempranas, muchas mujeres y hombres de Santiago Atitlán han aprendido el arte del tejido y otros procesos artesanales gracias a sus madres, padres o familiares, dedicándose con pasión a preservar su herencia cultural. Las mujeres artesanas, quienes tejen en telar de cintura, enfrentan con frecuencia dolores de espalda, articulaciones y cabeza debido a la postura prolongada. Por otro lado, los artesanos hombres también juegan un papel crucial en la producción de nuestros textiles, trabajando en técnicas como el jaspeado, el hilado de hilos, la confección y la elaboración de botones de barro. Cada uno de ellos aporta su talento y esfuerzo, pero también enfrentan desafíos de salud relacionados con su labor.
Conscientes de estas dificultades, en Cojolya hemos desarrollado el Programa de Salud, una iniciativa diseñada para atender las necesidades médicas de nuestras artesanas y artesanos. Este año, más de 30 beneficiarios recibieron sus tarjetas de salud, que les permiten acceder a consultas médicas, medicamentos y vitaminas a lo largo del año. Estas tarjetas no solo representan una ayuda inmediata, sino una herramienta que les permite prevenir y tratar dolencias antes de que se conviertan en problemas más graves.
Durante la entrega de tarjetas de este año, las artesanas y artesanos compartieron su gratitud y experiencias con el programa.
Mercedes Cuá, una talentosa tejedora, expresó: «No saben cuánto valoro este programa. Hoy en día, pocas personas piensan en la salud de quienes trabajamos en los tejidos, pero gracias a la asociación y a quienes nos apoyan, sentimos ese respaldo. Agradezco desde el fondo de mi corazón a los organizadores y donantes. Que Dios les bendiga y multiplique esta ayuda.»
«Trabajar en el telar de cintura puede ser agotador. Antes, tejía muchas horas al día, pero con el tiempo empecé a sentir dolores de espalda y fatiga. Ahora, gracias a la tarjeta de salud, he podido acceder a vitaminas y chequeos médicos, y he notado una gran diferencia en mi bienestar. Me enfermo menos y puedo seguir trabajando en los tejidos cuando me siento muy bien»
